Antes de nada... Feliz Año Nuevo! Ya estamos aquí de vuelta y empezando el año con muchísima energía! Yo, la verdad, he empezado con ganas de hacer muuuuuchas cosas y espero que vosotros también!
Pues bien, después de comidas de Navidad con la familia, los amigos, más familia, más amigos... y viendo tanta comida casi todos los días, he tenido una época en la que no tenía ganas de pensar en comer y, en consecuencia, tampoco de cocinar. Pero, llegó un día, después de volver a casa ya para empezar de nuevo la rutina, de vez en cuando me ha dado por ver Master Chef (es de las pocas cosas decentes que dan en la televisión Sueca) y, sinceramente, me han entrado ganas de volver a poner las manos en la masa!
El otro día hicieron un risotto. A mi, la verdad, nunca me ha gustado, pero siempre he tenido curiosidad por saberlo hacer y es el primer plato del año que os pongo! También es el primer risotto que hago, y creo que no ha quedado nada mal (a mi, sorprendentemente, me ha gustado, al menos las 5 primeras cucharadas me las he comido a gusto, luego he tenido que dejarlo porque ya no podía más. Es un plato demasiado pesado... quizá sea esa la razón por la que nunca como).
Si os gusta el risotto os recomiendo que lo hagáis. Parece difícil, pero si seguís bien las instrucciones, os quedará muy sabroso y bien hecho :) Solo tened en cuenta que un buen risotto ha de ser cremoso, pero no caldoso, ligado, con granos enteros y al dente.
Este plato es de origen italiano, nacido en Milán sobre 1574. Aunque mucho antes en Italia ya se cultivaba el arroz, era en el norte del país donde se empezó a hacer con caldo.
Se dice que el primer plato conocido fue el Risotto alla Milanesa. Por lo visto, un joven italiano, discípulo de Valerio de Flandes, se enamoró de su hija y se casaron. En el banquete de bodas, como el joven era aficionado a la cocina, quiso mandar a preparar un plato simple de arroz coloreado con azafrán. Una especie que venía de Oriente y que por aquel entonces solo se utilizaba para dar color a las pinturas con tonos amarillos y tostados. Como no hacía daño cuando se ingería, el joven hizo preparar el arroz hervido al que agregó azafrán para darle un color dorado. Los invitados quedaron maravillados al ver llegar las fuentes de pepitas de oro como las que se encontraban en los ríos.
Aquí os dejo la receta. Lo he hecho todo a ojo, así que os pongo las medidas que he utilizado, también a ojo.
Ingredientes (2 personas)
- 5 puñados de arroz especial para risotto.
- 1/2 cebolla mediana.
- 1 ajo mediano/grande.
- 3 champiñones mediano.
- 1 vaso de vino blanco.
- 0.75 litros de caldo (o agua en su defecto).
- mantequilla.
- queso parmesano.
- sal (más o menos una cucharadita)
- perejil o albahaca.
Preparación
- Ponemos en una sartén, a fuego lento, mantequilla. Mientras tanto, cortamos en cuadrados pequeños la cebolla y los ajos y los ponemos en la sartén, removiendo de vez en cuando y evitando que se tuesten.
- Cortamos los champiñones a tiras y, una vez que la cebolla haya pochado, los añadimos a la sartén. Dejamos que los champiñones expulsen todo el agua.
- Mientras, ponemos en un cazo el vino a calentar y, en otro, el caldo. Esto hay que hacerlo así para, al añadirlo al arroz, no rompamos la cocción y nos quede mucho mejor.
- Una vez estén listos los champiñones y la cebolla, salamos, añadimos el arroz y vamos moviendo durante un minuto. A fuego medio, incorporamos el vino caliente y removemos hasta que se consuma.
- Añadimos caldo caliente hasta que haya cubrido el arroz. Mantenemos el caldo restante a fuego lento para que no pierda el calor. Vamos removiendo el arroz de vez en cuando.
- Una vez esté medio consumido el caldo, volvemos a echar caldo hasta cubrir de nuevo el arroz y removemos de vez en cuando.
- Este proceso habrá que hacerlo hasta que hayan pasado unos 20-30 minutos de cocción. Id probando el arroz. Cuando esté ya casi a punto, dejad de echar caldo y esperad a que el arroz quede cremoso, sin ser caldoso y esté al dente.
- Cuando ya esté listo, apagamos el fuego y añadimos un poco de mantequilla y el parmesano al gusto de cada uno. Si os pasáis, puede quedar un sabor demasiado fuerte a queso. Os aconsejo ir echando por partes, poco a poco, removiendo y probando el sabor. Podéis, ahora, corregir la sal.
- Añadís un poco de perejil o albahaca picada y ya lo tendréis listo para comer!
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